- Desde Belém, la compañía subrayó la urgencia de fortalecer la adaptación en América Latina frente a sequías, incendios y estrés hídrico, destacando la necesidad de planificación territorial, restauración de cuencas y marcos regulatorios coherentes que reconozcan los servicios ecosistémicos.
En Belém, corazón de la Amazonía, la COP30 ha puesto a la naturaleza en el centro del debate global. El llamado de los países del sur es claro, implementar: para acelerar la acción climática se requieren modelos productivos que integren biodiversidad, mitigación, adaptación y valor económico. En este escenario, Arauco llegó a la cumbre con una delegación encabezada por Soledad Vial, subgerente de Sostenibilidad e Impacto, y Guillermo Olmedo, subgerente de Bosques y Valor Social, acompañados por Carlos Altimiras, gerente general de la compañía en Brasil.
Con operaciones en 11 países y más de 50 años de historia, Arauco ha tenido como uno de sus focos principales las Soluciones basadas en la Naturaleza (SbN), eje central de su modelo empresarial. Desde su experiencia forestal, la compañía trabaja bajo un principio claro: cuando el bosque se gestiona de manera responsable, es capaz de capturar carbono, regular el agua, conservar biodiversidad y generar materiales renovables que sustituyen a los fósiles.
‘La COP30 ha demostrado que el tiempo de las declaraciones ya terminó. Hoy la acción es el lenguaje que importa, y la naturaleza puede ser el puente entre la urgencia climática y el desarrollo sostenible. Desde América Latina tenemos una enorme oportunidad para liderar esa transición’, señaló Soledad Vial, desde Belém.
En línea con las discusiones principales de la cumbre, Arauco impulsa innovación aplicada en construcción en madera —incluyendo CLT— para reducir las emisiones del sector construcción y avanzar en edificaciones de baja huella de carbono.
Este año, la COP30 hace un llamado a la implementación bajo el concepto de ‘Mutirão Global’, que busca impulsar la acción climática mediante la colaboración comunitaria y la coordinación de esfuerzos locales y globales entre gobiernos subnacionales, sector privado, sociedad civil y ciudadanos. El término ‘mutirão’, que en portugués significa esfuerzo colectivo, alude a un modelo de gobernanza más participativo, transparente y orientado a la acción conjunta para la mitigación y adaptación al cambio climático.
La Estrategia de Naturaleza de Arauco (ABC+), alineada al Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal y la meta 30×30, es uno de los avances que la compañía expuso en la COP30. Además, la organización está cerca de alcanzar su meta del 30% de patrimonio forestal destinado a conservación, aproximadamente 500 mil hectáreas dedicadas a proteger y restaurar ecosistemas clave.
En materia de financiamiento climático, Arauco presentó su reciente emisión del bono sostenible más grande en la historia de Chile, un ejemplo de cómo el mercado reconoce el valor de un manejo forestal responsable y certificado. Estos instrumentos permiten canalizar inversión hacia energía renovable, circularidad, restauración y conservación, reforzando uno de los ejes prioritarios de la COP30: conectar la acción climática con la acción financiera.
Desde Belém, Arauco subrayó la urgencia de fortalecer la adaptación en América Latina frente a sequías, incendios y estrés hídrico, destacando la necesidad de planificación territorial, restauración de cuencas y marcos regulatorios coherentes que reconozcan los servicios ecosistémicos.
La COP30 reafirma que América Latina tiene soluciones únicas para ofrecer. Con su participación activa y la presencia de sus equipos de Chile y Brasil, Arauco reiteró una idea central para la transición: cuando la naturaleza está sana, el negocio es viable, y el bosque es un camino tangible para cumplir la NDC desde la región.
