Se trata de una herramienta que busca ser una hoja de ruta integral para que las empresas en Chile aborden la gestión sostenible del agua, transformando un desafío crítico en una oportunidad estratégica. El documento está estructurado para acompañar a las organizaciones desde el entendimiento del problema hasta la implementación de soluciones avanzadas, con un enfoque práctico y basado en el contexto nacional.
“Esta guía no es solo un manual técnico; es una invitación a liderar una transformación. Propone un camino claro que va desde entender el problema y los riesgos asociados, hasta la implementación de un plan de acción concreto y la adopción de herramientas como la medición de la Huella de Agua y el Certificado Azul. Su objetivo es entregar las consideraciones necesarias para que las empresas no solo optimicen su consumo, sino que aspiren a un impacto regenerativo a través del concepto de “Agua Positiva”, contribuyendo activamente a la seguridad hídrica de las cuencas y comunidades”, explica Margarita Ducci, directora ejecutiva de Pacto Global Chile.
Por su parte, Cristina Huidobro, gerenta general del Fondo de Agua Santiago Maipo, destacó el impacto que puede generar en las operaciones del sector privado: “queremos que sea una hoja de ruta práctica e integral para las empresas y que su uso permita al sector privado sumarse a iniciativas de replenish o devolución de agua a la cuenca, además de identificar riesgos, innovar en sus procesos y generar impactos positivos en los territorios donde operan. Agradezco que Pacto Global nos haya convocado a aportar en el desarrollo de esta guía”.
A través de un enfoque que apunta hacia la importancia de la uso responsable de los recursos hídricos por parte del sector privado, la guía detalla los riesgos de una gestión deficiente, que incluyen impactos financieros, operacionales, regulatorios y reputacionales. A su vez, destaca los beneficios de una gestión responsable, como la reducción de costos, el acceso a financiamiento sostenible y el fortalecimiento de la licencia social para operar.
La guía propone cómo abordar el desafío estratégicamente, instando a las empresas a definir el agua como un tema material, desarrollar políticas internas, establecer indicadores de monitoreo alineados con estándares internacionales como la norma ISO 14046 y evaluar continuamente su desempeño.
Para su implementación, se detalla un Plan de Acción Empresarial con medidas concretas en eficiencia hídrica, seguridad hídrica comunitaria, soluciones basadas en la naturaleza, gestión de efluentes (aguas servidas, grises y RILes) e innovación, como la desalinización y la recirculación.
La guía propone un enfoque integral que va desde el análisis de la cuenca donde se emplazan las operaciones hasta la incorporación de tecnologías de vanguardia para asegurar la seguridad hídrica. El documento enfatiza la necesidad de conocer el contexto ambiental y social del territorio, considerando riesgos como la escasez, la calidad del recurso y la existencia de conflictos por su uso.
Entre las recomendaciones se incluyen el cumplimiento estricto de la normativa vigente, el monitoreo constante de volúmenes y calidad, y la innovación en sistemas de captación. Asimismo, se promueve la eficiencia hídrica al interior de las operaciones mediante tecnologías de recirculación y rediseño de procesos que reduzcan la demanda de agua fresca.
Además, se subraya la importancia de una adecuada gestión de efluentes, asegurando su tratamiento y reutilización antes de cualquier descarga, en línea con la regulación ambiental. A nivel comunitario, se plantea la necesidad de colaborar en infraestructura hídrica, programas de capacitación y alianzas público-privadas para fortalecer la gobernanza del recurso.
Finalmente, el documento plantea hacia dónde aspirar: el concepto de Agua Positiva. Este enfoque busca que las organizaciones no solo minimicen su consumo, sino que contribuyan activamente a reponer más agua de la que utilizan, generando un impacto neto positivo en las cuencas donde operan.